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Jeremías 9

1 ¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial,y mis ojos una fuente de lágrimas,para llorar de día y de nochepor los muertos de mi pueblo!
2 ¡Ojalá tuviera yo en el desiertouna posada junto al camino!Abandonaría a mi pueblo,y me alejaría de ellos.Porque todos ellos son adúlteros,son una banda de traidores.
3 «Tensan su lengua como un arco;en el país prevalece la mentira, no la verdad,porque van de mal en peor,y a mí no me conocen—afirma el SEÑOR—.
4 Cuídese cada uno de su amigo,no confíe ni siquiera en el hermano,porque todo hermano engaña,y todo amigo difama.
5 Se engañan unos a otros;no se hablan con la verdad.Han enseñado sus lenguas a mentir,y pecan hasta el cansancio.
6 »Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores,que por su engaño no quieren reconocerme»,afirma el SEÑOR.
7 Por eso, así dice el SEÑORTodopoderoso:«Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba.¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?
8 Su lengua es una flecha mortífera,su boca solo sabe engañar;hablan cordialmente con su amigo,mientras en su interior le tienden una trampa.
9 ¿Y no los he de castigar por esto?—afirma el SEÑOR—.¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?»
10 Lloraré y gemiré por las montañas,haré lamentos por las praderas del desierto,porque están desoladas:ya nadie las transitani se escuchan los mugidos del ganado.Desde las aves del cielo hasta los animales del campo,todos han huido.
11 «Convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas,en una guarida de chacales.Convertiré en desolación las ciudades de Judá;¡las dejaré sin habitantes!»
12 ¿Quién es tan sabio como para entender esto? ¿A quién le habló el SEÑOR, para que lo anuncie? ¿Por qué está arruinado el país, desolado como un desierto por el que nadie pasa?
13 El SEÑOR dice: «Ellos abandonaron la ley que yo les entregué; no me obedecieron ni vivieron conforme a ella.
14 Siguieron la terquedad de su corazón; se fueron tras los baales, como les habían enseñado sus antepasados».
15 Por eso, así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: «A este pueblo le daré a comer ajenjo y a beber agua envenenada.
16 Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus antepasados conocieron; los perseguiré con espada hasta aniquilarlos».
17 Así dice el SEÑOR Todopoderoso:«¡Atención! Llamen a las plañideras.Que vengan las más expertas.
18 Que se den prisa,que hagan lamentación por nosotros.Nuestros ojos se inundarán de lágrimas,y brotará de nuestros párpados el llanto.
19 Desde Sión se escuchan gemidos y lamentos:“Hemos sido devastados;nos han avergonzado por completo.Tenemos que abandonar el país,porque han derribado nuestros hogares”».
20 Escuchen, mujeres, la palabra del SEÑOR;reciban sus oídos la palabra de su boca.Enseñen a sus hijas a entonar endechas;que unas a otras se enseñen este lamento:
21 «La muerte se ha metido por nuestras ventanas,ha entrado en nuestros palacios;ha eliminado en las calles a los niños,y en las plazas a los jóvenes.
22 Yacen tendidos los cadáverescomo estiércol sobre los campos,como gavillas que caen tras el segador,sin que nadie las recoja»,afirma el SEÑOR.
23 Así dice el SEÑOR:«Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,ni el poderoso de su poder,ni el rico de su riqueza.
24 Si alguien ha de gloriarse,que se gloríe de conocermey de comprender que yo soy el SEÑOR,que actúo en la tierra con amor,con derecho y justicia,pues es lo que a mí me agrada—afirma el SEÑOR—.
25 »Vienen días —afirma el SEÑOR— en que castigaré al que haya sido circuncidado solo del prepucio:
26 castigaré a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab, y a todos los que viven en el desierto y se rapan las sienes. Todas las naciones son incircuncisas, pero el pueblo de Israel es incircunciso de corazón».
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Jeremías 10

1 Escucha, pueblo de Israel, la palabra del SEÑOR.
2 Dice así:«No aprendan ustedes la conducta de las naciones,ni se aterroricen ante las señales del cielo,aunque las naciones les tengan miedo.
3 Las costumbres de los pueblosno tienen valor alguno.Cortan un tronco en el bosque,y un artífice lo labra con un cincel.
4 Lo adornan con oro y plata,y lo afirman con clavos y martillopara que no se tambalee.
5 »Sus ídolos no pueden hablar;¡parecen espantapájarosen un campo sembrado de melones!Tienen que ser transportados,porque no pueden caminar.No les tengan miedo,que ningún mal pueden hacerles,pero tampoco ningún bien».
6 ¡No hay nadie como tú, SEÑOR!¡Grande eres tú,y grande y poderoso es tu nombre!
7 ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones?¡Es lo que te corresponde!Entre todos los sabios de las naciones,y entre todos los reinos,no hay nadie como tú.
8 Todos son necios e insensatos,educados por inútiles ídolos de palo.
9 De Tarsis se trae plata laminada,y de Ufaz se importa oro.Los ídolos, vestidos de púrpura y carmesí,son obra de artífices y orfebres;¡todos ellos son obra de artesanos!
10 Pero el SEÑOR es el Dios verdadero,el Dios viviente, el Rey eterno.Cuando se enoja, tiembla la tierra;las naciones no pueden soportar su ira.
11 «Así les dirás: “Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo”».
12 Dios hizo la tierra con su poder,afirmó el mundo con su sabiduría,¡extendió los cielos con su inteligencia!
13 Cuando él deja oír su voz,rugen las aguas en los cielos;hace que vengan las nubesdesde los confines de la tierra.Entre relámpagos hace llover,y saca de sus depósitos al viento.
14 La humanidad es necia e ignorante;todo orfebre se avergüenza de sus ídolos.Sus imágenes son un engaño,y no hay en ellas aliento de vida.
15 No valen nada, son obras ridículas;cuando llegue el día de su castigo, serán destruidas.
16 La heredad de Jacob no es como ellos,porque él es quien hace todas las cosas;su nombre es el SEÑORTodopoderoso,e Israel es la tribu de su herencia.
17 Recoge del suelo tus cosas,tú que te encuentras sitiado.
18 Porque así dice el SEÑOR:«Esta vez arrojaré a los habitantes del paíscomo si los lanzara con una honda.Los pondré en aprietosy dejaré que los capturen».
19 ¡Ay de mí, que estoy quebrantado!¡Mi herida es incurable!Pero es mi enfermedad,y me toca soportarla.
20 Devastada está mi carpa,y rotas todas mis cuerdas.Mis hijos me han abandonado;han dejado de existir.Ya no hay nadie que arme mi carpa,y que levante mis toldos.
21 Los pastores se han vuelto necios,no buscan al SEÑOR;por eso no han prosperado,y su rebaño anda disperso.
22 ¡Escuchen! ¡Llega un mensaje!Un gran estruendo viene de un país del norte,que convertirá las ciudades de Judáen guarida de chacales, en un montón de ruinas.
23 SEÑOR, yo sé que el hombreno es dueño de su destino,que no le es dado al caminantedirigir sus propios pasos.
24 Corrígeme, SEÑOR, pero con justicia,y no según tu ira, pues me destruirías.
25 Derrama tu furorsobre las naciones que no te reconocen,y sobre las familias que no invocan tu nombre.Porque se han devorado a Jacob;se lo han tragado por completo,y han asolado su morada.
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Jeremías 11

1 Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR:
2 «Atiende a los términos de este pacto, y comunícaselos a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén.
3 Diles que así ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: “Maldito sea el hombre que no obedezca los términos de este pacto,
4 que yo mismo prescribí a los antepasados de ustedes el día que los hice salir de Egipto, de esa caldera para fundir hierro”. Les dije: “Obedézcanme y cumplan con todo lo que les prescribo, y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
5 Así cumpliré el juramento que les hice a sus antepasados, de darles una tierra donde abundan la leche y la miel, como la que hoy tienen ustedes”».Yo respondí: «Amén, SEÑOR».
6 El SEÑOR me dijo: «Proclama todo esto en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: “Escuchen los términos de este pacto, y cúmplanlos.
7 Desde el día en que hice salir a sus antepasados de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, una y otra vez les he advertido: ‘Obedézcanme’.
8 Pero no obedecieron ni prestaron atención, sino que siguieron la terquedad de su malvado corazón. Por eso hice caer sobre ellos todo el peso de las palabras de este pacto, que yo les había ordenado cumplir, pero que no cumplieron”».
9 El SEÑOR también me dijo: «Se está fraguando una conspiración entre los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.
10 Han vuelto a los mismos pecados de sus antepasados, quienes se negaron a obedecerme. Se han ido tras otros dioses para servirles. Tanto el pueblo de Israel como la tribu de Judá han quebrantado el pacto que hice con sus antepasados.
11 Por eso, así dice el SEÑOR: “Les enviaré una calamidad de la cual no podrán escapar. Aunque clamen a mí, no los escucharé.
12 Entonces las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a clamar a los dioses a los que quemaron incienso, pero ellos no podrán salvarlos cuando llegue el tiempo de su calamidad.
13 Tú, Judá, tienes tantos dioses como ciudades. Erigiste tantos altares como calles hay en Jerusalén; altares para quemar incienso a Baal, para vergüenza tuya”.
14 »Pero en cuanto a ti, Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por ellos, porque yo no escucharé cuando clamen a mí por causa de su calamidad.
15 »¿Qué hace mi amada en mi casa,después de haber cometido tantas vilezas?¿Acaso la carne consagradaalejará de ti la calamidad?¿Podrás así regocijarte?»
16 El SEÑOR te puso por nombre:«Olivo frondoso, lleno de hermosos frutos».Pero en medio de grandes estruendos,te ha prendido fuego,y tus ramas se consumen.
17 El SEÑORTodopoderoso, el que te plantó, ha decretado una calamidad contra ti, por causa de la maldad que cometieron el pueblo de Israel y la tribu de Judá. Dice el SEÑOR: «Me han agraviado al quemar incienso a Baal».
18 El SEÑOR me lo hizo saber y lo comprendí. Me mostró las maldades que habían cometido.
19 Pero yo era como un manso cordero que es llevado al matadero; no sabía lo que estaban maquinando contra mí, y que decían:«Destruyamos el árbol con su fruto,arranquémoslo de la tierra de los vivientes,para que nadie recuerde más su nombre».
20 Pero tú, SEÑOR Todopoderoso,que juzgas con justicia,que pruebas los sentimientos y la mente,¡déjame ver cómo te vengas de ellos,porque en tus manos he puesto mi causa!
21 «Por eso, así dice el SEÑOR en contra de los hombres de Anatot, que buscan quitarte la vida y afirman: “¡No profetices en nombre del SEÑOR, si no quieres morir a manos nuestras!”
22 Por eso, así dice el SEÑOR Todopoderoso: “Voy a castigarlos. Los jóvenes morirán a filo de espada, y sus hijos y sus hijas se morirán de hambre.
23 No quedará ni uno solo de ellos. En el año de su castigo haré venir una calamidad sobre los hombres de Anatot”».
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Jeremías 12

1 Tú, SEÑOR, eres justocuando argumento contigo.Sin embargo, quisiera exponertealgunas cuestiones de justicia.¿Por qué prosperan los malvados?¿Por qué viven tranquilos los traidores?
2 Tú los plantas, y ellos echan raíces;crecen y dan fruto.Te tienen a flor de labio,pero estás lejos de su corazón.
3 A mí, SEÑOR, tú me conoces;tú me ves y sabes lo que siento por ti.Arrástralos, como ovejas, al matadero;apártalos para el día de la matanza.
4 ¿Hasta cuándo estará seca la tierra,y marchita la hierba de todos los campos?Los animales y las aves se muerenpor la maldad de los que habitan el país,quienes se atreven a decir:«Dios no verá nuestro fin».
5 «Si los que corren a pie han hecho que te canses,¿cómo competirás con los caballos?Si te sientes confiado en una tierra tranquila,¿qué harás en la espesura del Jordán?
6 Aun tus hermanos, los de tu propia familia,te han traicionado y gritan contra ti.Por más que te digan cosas agradables,no confíes en ellos.
7 »He abandonado mi casa,he rechazado mi herencia,he entregado a mi pueblo amadoen poder de sus enemigos.
8 Mis herederos se han comportado conmigocomo leones en la selva.Lanzan rugidos contra mí;por eso los aborrezco.
9 Mi heredad es para mícomo un ave de muchos coloresacosada por las aves de rapiña.¡Vayan y reúnan a todos los animales salvajes!¡Tráiganlos para que la devoren!
10 Muchos pastores han destruido mi viña,han pisoteado mi terreno;han hecho de mi hermosa parcelaun desierto desolado.
11 La han dejado en ruinas,seca y desolada ante mis ojos;todo el país ha sido arrasadoporque a nadie le importa.
12 Sobre todas las lomas del desiertovinieron depredadores.La espada del SEÑOR destruirá al paísde un extremo al otro,y para nadie habrá paz.
13 Sembraron trigo y cosecharon espinos;¡de nada les valió su esfuerzo!Por causa de la ardiente ira del SEÑORse avergonzarán de sus cosechas».
14 Así dice el SEÑOR: «En cuanto a todos los vecinos malvados que tocaron la heredad que le di a mi pueblo Israel, los arrancaré de sus tierras, y a la tribu de Judá la quitaré de en medio de ellos.
15 Después que los haya desarraigado, volveré a tener compasión de ellos, y los haré regresar, cada uno a su heredad y a su propio país.
16 Y si aprenden bien los caminos de mi pueblo y, si así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, aprenden a jurar por mi nombre y dicen: “Por la vida del SEÑOR”, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo.
17 Pero a la nación que no obedezca, la desarraigaré por completo y la destruiré», afirma el SEÑOR.
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Jeremías 13

1 Así me dijo el SEÑOR: «Ve y cómprate un cinturón de lino, y póntelo en la cintura, pero no lo metas en agua».
2 Conforme a las instrucciones del SEÑOR, compré el cinturón y me lo puse en la cintura.
3 Entonces el SEÑOR me dijo por segunda vez:
4 «Toma el cinturón que has comprado y que tienes puesto en la cintura, y ve a Perat, y escóndelo allí, en la grieta de una roca».
5 Fui entonces y lo escondí en Perat, tal como el SEÑOR me lo había ordenado.
6 Al cabo de muchos días, el SEÑOR me dijo: «Ve a Perat y busca el cinturón que te mandé a esconder allí».
7 Fui a Perat, cavé y saqué el cinturón del lugar donde lo había escondido, pero ya estaba podrido y no servía para nada.
8 Entonces el SEÑOR volvió a decirme:
9 «Así dice el SEÑOR: “De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén.
10 Este pueblo malvado, que se niega a obedecerme, que sigue la terquedad de su corazón y va tras otros dioses para servirlos y adorarlos, será como este cinturón, que no sirve para nada.
11 Porque así como el cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así procuré que todo el pueblo de Israel y toda la tribu de Judá se ajustaran a mí —afirma el SEÑOR— para que fueran mi pueblo y mi renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no obedecieron!”
12 »Diles también lo siguiente: “Así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: ‘Todo cántaro se llenará de vino’. Y si ellos te dicen: ‘¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro se debe llenar de vino?’,
13 entonces les responderás que así dice el SEÑOR: ‘Voy a llenar de vino a todos los habitantes de este país: a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes y a todos los habitantes de Jerusalén.
14 Haré que se despedacen unos a otros, padres e hijos por igual. No les tendré piedad ni lástima, sino que los destruiré sin compasión’. Lo afirma el SEÑOR”».
15 ¡Escúchenme, préstenme atención!¡No sean soberbios, que el SEÑOR mismo lo ha dicho!
16 Glorifiquen al SEÑOR su Dios,antes de que haga venir la oscuridady ustedes tropiecen contra los montes sombríos.Ustedes esperan la luz,pero él la cambiará en densas tinieblas;¡la convertirá en profunda oscuridad!
17 Pero si ustedes no obedecen,lloraré en secretopor causa de su orgullo;mis ojos llorarán amargamentey se desharán en lágrimas,porque el rebaño del SEÑORserá llevado al cautiverio.
18 Di al rey y a la reina madre:«¡Humíllense, siéntense en el suelo,que ya no ostentan sobre su cabezala corona de gloria!»
19 Las ciudades del Néguev están cerradas,y no hay quien abra sus puertas.Todo Judá se ha ido al destierro,exiliado en su totalidad.
20 Alcen los ojos y mirena los que vienen del norte.¿Dónde está el rebaño que te fue confiado,el rebaño que era tu orgullo?
21 ¿Qué dirás cuando el SEÑOR te imponga como jefesa los que tú mismo enseñastea ser tus aliados predilectos?¿No tendrás dolorescomo de mujer de parto?
22 Y si preguntas:«¿Por qué me pasa esto?»,¡por tus muchos pecadoste han arrancado las faldasy te han violado!
23 ¿Puede el etíope cambiar de piel,o el leopardo quitarse sus manchas?¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el bien,acostumbrados como están a hacer el mal!
24 «Los dispersaré como a la pajaque arrastra el viento del desierto.
25 Esto es lo que te ha tocado en suerte,¡la porción que he medido para ti!—afirma el SEÑOR—.Ya que me has olvidado,y has confiado en la mentira,
26 ¡yo también te alzaré las faldashasta cubrirte el rostroy descubrir tus vergüenzas!
27 He visto tus adulterios,tus relinchos,tu vergonzosa prostitucióny tus abominaciones,en los campos y sobre las colinas.¡Ay de ti, Jerusalén!¿Hasta cuándo seguirás en tu impureza?»
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Jeremías 14

1 Esta es la palabra del SEÑOR, que vino a Jeremías con motivo de la sequía:
2 «Judá está de lutoy sus ciudades desfallecen;hay lamentos en el país,y sube el clamor de Jerusalén.
3 Los nobles mandan por agua a sus siervos,y estos van a las cisternas,pero no la encuentran.Avergonzados y confundidos,vuelven con sus cántaros vacíosy agarrándose la cabeza.
4 El suelo está agrietado,porque no llueve en el país.Avergonzados están los campesinos,agarrándose la cabeza.
5 Aun las ciervas en el campoabandonan a sus crías por falta de pastos.
6 Parados sobre las lomas desiertas,y con los ojos desfallecientes,los asnos salvajes jadean como chacalesporque ya no tienen hierba».
7 Aunque nuestras iniquidades nos acusan,tú, SEÑOR, actúas en razón de tu nombre;muchas son nuestras infidelidades;¡contra ti hemos pecado!
8 Tú, esperanza y salvación de Israelen momentos de angustia,¿por qué actúas en el país como un peregrino,como un viajero que solo pasa la noche?
9 ¿Por qué te encuentras confundido,como un guerrero impotente para salvar?SEÑOR, tú estás en medio de nosotros,y se nos llama por tu nombre;¡no nos abandones!
10 Así dice el SEÑOR acerca de este pueblo:«Les encanta vagabundear;no refrenan sus pies.Por eso yo no los acepto,sino que voy a recordar sus iniquidadesy a castigar sus pecados».
11 Entonces el SEÑOR me dijo: «No ruegues por el bienestar de este pueblo.
12 Aunque ayunen, no escucharé sus clamores; aunque me ofrezcan holocaustos y ofrendas de cereal, no los aceptaré. En verdad, voy a exterminarlos con la espada, el hambre y la peste».
13 Pero yo respondí: «¡Ah, SEÑOR mi Dios! Los profetas les dicen que no se enfrentarán con la espada ni pasarán hambre, sino que tú les concederás una paz duradera en este lugar».
14 El SEÑOR me contestó: «Mentira es lo que están profetizando en mi nombre esos profetas. Yo no los he enviado, ni les he dado ninguna orden, y ni siquiera les he hablado. Lo que les están profetizando son visiones engañosas, adivinaciones vanas y delirios de su propia imaginación.
15 Por eso, así dice el SEÑOR: “En cuanto a los profetas que profetizan en mi nombre sin que yo los haya enviado, y que además dicen que no habrá espada ni hambre en este país, ellos mismos morirán de hambre y a filo de espada.
16 Y el pueblo al que profetizan será arrojado a las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada, y no habrá quien los entierre, ni a ellos ni a sus esposas, ni a sus hijos, ni a sus hijas; también les echaré encima su propia maldad”.
17 »Tú les dirás lo siguiente:»“Que corran lágrimas de mis ojosdía y noche, sin cesar,porque la virginal hija de mi puebloha sufrido una herida terrible,¡un golpe muy duro!
18 Si salgo al campo, veo los cuerposde los muertos a filo de espada;si entro en la ciudad, veo los estragosque el hambre ha producido.Tanto el profeta como el sacerdoteandan errantes en el país sin saber lo que hacen.”»
19 ¿Has rechazado por completo a Judá?¿Detestas a Sión?¿Por qué nos has herido de tal modoque ya no tenemos remedio?Esperábamos tiempos de paz,pero nada bueno recibimos.Esperábamos tiempos de salud,pero solo nos llegó el terror.
20 Reconocemos, Señor, nuestra maldad,y la iniquidad de nuestros padres;¡hemos pecado contra ti!
21 En razón de tu nombre, no nos desprecies;no deshonres tu trono glorioso.¡Acuérdate de tu pacto con nosotros!¡No lo quebrantes!
22 ¿Acaso hay entre los ídolos falsosalguno que pueda hacer llover?SEÑOR y Dios nuestro,¿acaso no eres tú, y no el cielo mismo,el que manda los aguaceros?Tú has hecho todas estas cosas;por eso esperamos en ti.
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Jeremías 15

1 El SEÑOR me dijo: «Aunque Moisés y Samuel se presentaran ante mí, no tendría compasión de este pueblo. ¡Échalos de mi presencia! ¡Que se vayan!
2 Y si te preguntan: “¿A dónde iremos?”, adviérteles que así dice el SEÑOR:»“Los destinados a la muerte, a la muerte;los destinados a la espada, a la espada;los destinados al hambre, al hambre;los destinados al cautiverio, al cautiverio”.
3 »Enviaré contra ellos cuatro clases de calamidades —afirma el SEÑOR—: la espada para matar, los perros para arrastrar, las aves del cielo para devorar, y las bestias de la tierra para destruir.
4 Los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, por causa de lo que Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, hizo en Jerusalén.
5 »¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén?¿Quién llorará por ti?¿Quién se detendrá a preguntar por tu salud?
6 Tú me has rechazado,te has vuelto atrás—afirma el SEÑOR—.Extenderé mi mano contra ti,y te destruiré;estoy cansado de tenerte compasión.
7 Te aventaré con la horquillapor las puertas de la ciudad.A ti te dejaré sin hijos,y a mi pueblo lo destruiré,porque no cambió su conducta.
8 Haré que sus viudas sean más numerosasque la arena de los mares;en pleno día enviaré destruccióncontra las madres de los jóvenes.De repente haré que caigan sobre ellasla angustia y el pavor.
9 Se desmaya la que tuvo siete hijos;se queda sin aliento.Su sol se pone en pleno día;¡se queda avergonzada y humillada!A sus sobrevivientes los entregaré a la espadadelante de sus enemigos»,afirma el SEÑOR.
10 ¡Ay de mí, madre mía,que me diste a luzcomo hombre de contiendas y disputascontra toda la nación!No he prestado ni me han prestado,pero todos me maldicen.
11 El SEÑOR dijo:«De veras te libraré para bien;haré que el enemigo te supliqueen tiempos de calamidad y de angustia.
12 »¿Puede el hombre romper el hierro,el hierro del norte, y el bronce?
13 Por causa de todos tus pecadosentregaré como botín, sin costo alguno,tu riqueza y tus tesoros,por todo tu territorio.
14 Haré que sirvas a tus enemigosen una tierra que no conoces,porque en mi ira un fuego se ha encendido,y arde contra ustedes».
15 Tú comprendes, SEÑOR;¡acuérdate de mí, y cuídame!¡Toma venganza de los que me persiguen!Por causa de tu paciencia,no permitas que sea yo arrebatado;mira que por ti sufro injurias.
16 Al encontrarme con tus palabras,yo las devoraba;ellas eran mi gozoy la alegría de mi corazón,porque yo llevo tu nombre,SEÑOR, Dios Todopoderoso.
17 No he formado parte de grupos libertinos,ni me he divertido con ellos;he vivido solo, porque tú estás conmigoy me has llenado de indignación.
18 ¿Por qué no cesa mi dolor?¿Por qué es incurable mi herida?¿Por qué se resiste a sanar?¿Serás para mí un torrente engañosode aguas no confiables?
19 Por eso, así dice el SEÑOR:«Si te arrepientes,yo te restauraré y podrás servirme.Si evitas hablar en vano,y hablas lo que en verdad vale,tú serás mi portavoz.Que ellos se vuelvan hacia ti,pero tú no te vuelvas hacia ellos.
20 Haré que seas para este pueblocomo invencible muro de bronce;pelearán contra ti,pero no te podrán vencer,porque yo estoy contigopara salvarte y librarte—afirma el SEÑOR—.
21 Te libraré del poder de los malvados;¡te rescataré de las garras de los violentos!»
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Jeremías 16

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, y me dijo:
2 «No te cases, ni tengas hijos ni hijas en este lugar».
3 Porque así dice el SEÑOR en cuanto a los hijos y las hijas que han nacido en este lugar, y en cuanto a las madres que los dieron a luz y los padres que los engendraron en este país:
4 «Morirán de enfermedades horribles. Nadie llorará por ellos, ni los sepultará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol. La espada y el hambre acabarán con ellos, y sus cadáveres servirán de alimento para las aves del cielo y para las bestias de la tierra».
5 Así dice el SEÑOR: «No entres en una casa donde estén de luto, ni vayas a llorar, ni los consueles, porque a este pueblo le he retirado mi paz, mi amor y mi compasión —afirma el SEÑOR—.
6 En este país morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos, ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos.
7 Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo, para consolarlos por el muerto, ni a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre.
8 »No entres en una casa donde haya una celebración, ni te sientes con ellos a comer y beber.
9 Porque así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel: Voy a poner fin en este lugar a toda expresión de alegría y de regocijo, y al cántico del novio y de la novia. Esto sucederá en sus propios días, y ustedes lo verán.
10 »Cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, ellos te preguntarán: “¿Por qué ha decretado el SEÑOR contra nosotros esta calamidad tan grande? ¿Cuál es nuestra iniquidad? ¿Qué pecado hemos cometido contra el SEÑOR nuestro Dios?”
11 Entonces les responderás: “Esto es porque sus antepasados me abandonaron y se fueron tras otros dioses, y los sirvieron y los adoraron. Pero a mí me abandonaron, y no cumplieron mi ley —afirma el SEÑOR—.
12 Pero ustedes se han comportado peor que sus antepasados. Cada uno sigue la terquedad de su corazón malvado, y no me ha obedecido.
13 Por eso los voy a arrojar de esta tierra, a un país que ni ustedes ni sus antepasados conocieron, y allí servirán a otros dioses día y noche. No les tendré clemencia”.
14 »Por eso —afirma el SEÑOR—, vienen días en que ya no se dirá: “Por la vida del SEÑOR, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto”,
15 sino: “Por la vida del SEÑOR, que hizo salir a los israelitas de la tierra del norte, y de todos los países adonde los había expulsado”. Yo los haré volver a su tierra, la que antes di a sus antepasados.
16 »Voy a enviar a muchos pescadores —afirma el SEÑOR—, y ellos los pescarán a ustedes. Después, enviaré a muchos cazadores, y ellos los cazarán a ustedes por todas las montañas y colinas, y por las grietas de las rocas.
17 Ciertamente mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista.
18 Primero les pagaré el doble por su iniquidad y su pecado, porque con los cadáveres de sus ídolos detestables han profanado mi tierra, y han llenado mi herencia con sus abominaciones».
19 SEÑOR, fuerza y fortaleza mía,mi refugio en el día de la angustia:desde los confines de la tierravendrán a ti las naciones, y dirán:«Solo mentira heredaron nuestros antepasados;heredaron lo absurdo,lo que no sirve para nada.
20 ¿Acaso puede el hombre hacer sus propios dioses?¡Pero si no son dioses!»
21 Por eso, esta vez les daré una lección;les daré a conocer mi mano poderosa.¡Así sabrán que mi nombre es el SEÑOR!
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Jeremías 17

1 «El pecado de Judá está escritocon cincel de hierro;grabado está con punta de diamantesobre la tabla de su corazóny sobre los cuernos de sus altares.
2 Bien que se acuerdan sus hijosde sus altares junto a árboles frondosos;de sus imágenes de Aserá sobre altas colinas
3 y sobre mi montaña a campo abierto.»Entregaré como botín tu riqueza,tus tesoros y tus santuarios paganos,por todos tus pecadosen todo tu territorio.
4 Por tu culpa perderás la herenciaque yo te había dado.Te haré esclava de tus enemigos,en un país para ti desconocido,porque has encendido mi ira,la cual se mantendrá ardiendo para siempre».
5 Así dice el SEÑOR:«¡Maldito el hombre que confía en el hombre!¡Maldito el que se apoya en su propia fuerzay aparta su corazón del SEÑOR!
6 Será como una zarza en el desierto:no se dará cuenta cuando llegue el bien.Morará en la sequedad del desierto,en tierras de sal, donde nadie habita.
7 »Bendito el hombre que confía en el SEÑORy pone su confianza en él.
8 Será como un árbol plantado junto al agua,que extiende sus raíces hacia la corriente;no teme que llegue el calor,y sus hojas están siempre verdes.En época de sequía no se angustia,y nunca deja de dar fruto».
9 Nada hay tan engañoso como el corazón.No tiene remedio.¿Quién puede comprenderlo?
10 «Yo, el SEÑOR, sondeo el corazóny examino los pensamientos,para darle a cada uno según sus accionesy según el fruto de sus obras».
11 El que acapara riquezas injustases perdiz que empolla huevos ajenos.En la mitad de la vida las perderá,y al final no será más que un insensato.
12 Trono de gloria,exaltado desde el principio,es el lugar de nuestro santuario.
13 SEÑOR, tú eres la esperanza de Israel,todo el que te abandona quedará avergonzado.El que se aparta de tiquedará como algo escrito en el polvo,porque abandonó al SEÑOR,al manantial de aguas vivas.
14 Sáname, SEÑOR, y seré sanado;sálvame y seré salvado,porque tú eres mi alabanza.
15 No falta quien me pregunte:«¿Dónde está la palabra del SEÑOR?¡Que se haga realidad!»
16 Pero yo no me he apresuradoa abandonarte y dejar de ser tu pastor,ni he deseado que venga el día de la calamidad.Tú bien sabes lo que he dicho,pues lo dije en tu presencia.
17 No seas para mí un motivo de terror;tú eres mi refugio en tiempos de calamidad.
18 ¡No me pongas a mí en vergüenza;avergüénzalos a ellos!¡No me llenes de terror a mí;aterrorízalos a ellos!Envíales tiempos difíciles;¡destrózalos, y vuelve a destrozarlos!
19 Así me dijo el SEÑOR: «Ve y párate en la puerta del Pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá, y luego en todas las puertas de Jerusalén,
20 y diles: “¡Escuchen la palabra del SEÑOR, reyes de Judá, y toda la gente de Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entran por estas puertas!
21 Así dice el SEÑOR: ‘Cuídense bien de no llevar ninguna carga en día sábado, y de no meterla por las puertas de Jerusalén.
22 Tampoco saquen ninguna carga de sus casas en día sábado, ni hagan ningún tipo de trabajo. Observen el reposo del sábado, tal como se lo ordené a sus antepasados.
23 Pero ellos no me prestaron atención ni me obedecieron, sino que se obstinaron y no quisieron escuchar ni recibir corrección.
24 »“‘Si de veras me obedecen —afirma el SEÑOR— y no meten ninguna carga por las puertas de esta ciudad en día sábado, sino que observan este día no haciendo ningún trabajo,
25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sentarán en el trono de David. Ellos y los príncipes entrarán montados en carros y caballos, acompañados por la gente de Judá y por los habitantes de Jerusalén, y esta ciudad será habitada para siempre.
26 Vendrá gente de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, del territorio de Benjamín y de la Sefelá, de la región montañosa y del Néguev. Traerán a la casa del SEÑORholocaustos y sacrificios, ofrendas de cereal y de incienso, y ofrendas de acción de gracias.
27 Pero si no obedecen ustedes mi mandato de observar el reposo del sábado, y de no llevar carga al entrar en sábado por las puertas de Jerusalén, entonces les prenderé fuego a sus puertas, que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén’”».
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Jeremías 18

1 Esta es la palabra del SEÑOR, que vino a Jeremías:
2 «Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje».
3 Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno.
4 Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.
5 En ese momento la palabra del SEÑOR vino a mí, y me dijo:
6 «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el SEÑOR—. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero.
7 En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un reino;
8 pero si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles.
9 En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino.
10 Pero si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles.
11 Y ahora habla con los habitantes de Judá y de Jerusalén, y adviérteles que así dice el SEÑOR: “Estoy preparando una calamidad contra ustedes, y elaborando un plan en su contra. ¡Vuélvanse ya de su mal camino; enmienden su conducta y sus acciones!”
12 Ellos objetarán: “Es inútil. Vamos a seguir nuestros propios planes”, y cada uno cometerá la maldad que le dicte su obstinado corazón».
13 Por eso, así dice el SEÑOR:«Pregunten entre las naciones:¿Quién ha oído algo semejante?La virginal Israelha cometido algo terrible.
14 ¿Acaso la nieve del Líbanodesaparece de las colinas escarpadas?¿Se agotan las aguas fríasque fluyen de las montañas?
15 Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado;quema incienso a ídolos inútiles.Ha tropezado en sus caminos,en los senderos antiguos,para andar por sendasy caminos escabrosos.
16 Así ha dejado desolado su país;lo ha hecho objeto de burla constante.Todo el que pase por élmeneará atónito la cabeza.
17 Como un viento del este,los esparciré delante del enemigo.En el día de su calamidadles daré la espalda y no la cara».
18 Ellos dijeron: «Vengan, tramemos un plan contra Jeremías. Porque no le faltará la ley al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Ataquémoslo de palabra, y no hagamos caso de nada de lo que diga».
19 ¡SEÑOR, préstame atención!¡Escucha a los que me acusan!
20 ¿Acaso el bien se paga con el mal?¡Pues ellos me han cavado una fosa!Recuerda que me presenté ante tipara interceder por ellos,para apartar de ellos tu ira.
21 Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre;abandónalos a merced de la espada.Que sus esposas se queden viudas y sin hijos;que sus maridos mueran asesinados,y que sus jóvenes caigan en combate a filo de espada.
22 ¡Que se oigan los gritos desde sus casas,cuando de repente mandes contra ellosuna banda de asaltantes!Han cavado una fosa para atraparme,y han puesto trampas a mi paso.
23 Pero tú, SEÑOR, conocestodos sus planes para matarme.¡No perdones su iniquidad,ni borres de tu presencia sus pecados!¡Que caigan derribados ante ti!¡Enfréntate a ellos en el momento de tu ira!
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Jeremías 19

1 Así dice el SEÑOR: «Ve a un alfarero, y cómprale un cántaro de barro. Pide luego que te acompañen algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes,
2 y ve al valle de Ben Hinón, que está a la entrada de la puerta de los Alfareros, y proclama allí las palabras que yo te comunicaré.
3 Diles: “Reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, escuchen la palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel: ‘Haré venir tal calamidad sobre este lugar, que a todo el que se entere le zumbarán los oídos.
4 Porque ellos me han abandonado. Han profanado este lugar, quemando en él incienso a otros dioses que no conocían ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá. Además, han llenado de sangre inocente este lugar.
5 Han construido santuarios paganos en honor de Baal, para quemar a sus hijos en el fuego como holocaustos a Baal, cosa que yo jamás les ordené ni mencioné, ni jamás me pasó por la mente.
6 Por eso vendrán días en que este lugar ya no se llamará Tofet, ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza —afirma el SEÑOR—.
7 En este lugar anularé los planes de Judá y de Jerusalén, y los haré caer a filo de espada delante de sus enemigos, es decir, a manos de los que atentan contra su vida, y dejaré sus cadáveres a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, para que les sirvan de comida.
8 Convertiré a esta ciudad en un lugar desolado y en objeto de burla. Todo el que pase por ella quedará atónito y se burlará de todas sus heridas.
9 Ante el angustioso asedio que les impondrán los enemigos que atentan contra ustedes, haré que se coman la carne de sus propios hijos e hijas, y que se devoren entre sí’”.
10 »Rompe después el cántaro en mil pedazos, a la vista de los hombres que te acompañaron,
11 y adviérteles que así dice el SEÑOR Todopoderoso: “Voy a hacer pedazos a esta nación y a esta ciudad, como quien hace pedazos un cántaro de alfarero, que ya no se puede reparar; y a falta de otro lugar, enterrarán a sus muertos en Tofet.
12 Así haré con este lugar y con sus habitantes —afirma el SEÑOR—; esta ciudad quedará tal y como quedó Tofet.
13 Todas las casas de Jerusalén y todos los palacios de los reyes de Judá, es decir, todas esas casas en cuyas azoteas se quemó incienso a los astros de los cielos y donde se derramaron libaciones a otros dioses, quedarán tan impuras como quedó Tofet”».
14 Cuando Jeremías regresó de Tofet, adonde el SEÑOR lo había enviado a profetizar, se paró en el atrio de la casa del Señor y dijo a todo el pueblo:
15 «Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Como esta ciudad y todos sus pueblos vecinos se han obstinado en desobedecer mis palabras, voy a mandarles toda la calamidad que les había prometido”».
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Jeremías 20

1 Cuando el sacerdote Pasur hijo de Imer, que era el oficial principal de la casa del SEÑOR, oyó lo que Jeremías profetizaba,
2 mandó que golpearan al profeta Jeremías y que lo colocaran en el cepo ubicado en la puerta alta de Benjamín, junto a la casa del SEÑOR.
3 A la mañana siguiente, cuando Pasur liberó a Jeremías del cepo, Jeremías le dijo: «El SEÑOR ya no te llama Pasur, sino “Terror por todas partes”.
4 Porque así dice el SEÑOR: “Te voy a convertir en terror para ti mismo y para tus amigos, los cuales caerán bajo la espada de sus enemigos, y tú mismo lo verás. Entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, el cual los deportará a Babilonia o los matará a filo de espada.
5 Además, pondré en manos de sus enemigos toda la riqueza de esta ciudad, todos sus productos y objetos de valor, y todos los tesoros de los reyes de Judá, para que los saqueen y se los lleven a Babilonia.
6 Y tú, Pasur, irás al cautiverio de Babilonia junto con toda tu familia. Allí morirás, y allí serás enterrado, con todos tus amigos, a quienes les profetizabas mentiras”».
7 ¡Me sedujiste, SEÑOR,y yo me dejé seducir!Fuiste más fuerte que yo,y me venciste.Todo el mundo se burla de mí;se ríen de mí todo el tiempo.
8 Cada vez que hablo, es para gritar:«¡Violencia! ¡Violencia!»Por eso la palabra del SEÑORno deja de ser para míun oprobio y una burla.
9 Si digo: «No me acordaré más de él,ni hablaré más en su nombre»,entonces su palabra en mi interiorse vuelve un fuego ardienteque me cala hasta los huesos.He hecho todo lo posible por contenerla,pero ya no puedo más.
10 Escucho a muchos decir con sorna:«¡Hay terror por todas partes!»y hasta agregan: «¡Denúncienlo!¡Vamos a denunciarlo!»Aun mis mejores amigosesperan que tropiece.También dicen: «Quizá lo podamos seducir.Entonces lo venceremosy nos vengaremos de él».
11 Pero el SEÑOR está conmigocomo un guerrero poderoso;por eso los que me persiguencaerán y no podrán prevalecer,fracasarán y quedarán avergonzados.Eterna será su deshonra;jamás será olvidada.
12 Tú, SEÑORTodopoderoso,que examinas al justo,que sondeas el corazón y la mente,hazme ver tu venganza sobre ellos,pues a ti he encomendado mi causa.
13 ¡Canten al SEÑOR, alábenlo!Él salva a los pobresdel poder de los malvados.
14 ¡Maldito el día en que nací!¡Maldito el día en que mi madre me dio a luz!
15 ¡Maldito el hombre que alegró a mi padrecuando le dijo: «¡Te ha nacido un hijo varón!»!
16 ¡Que sea tal hombre como las ciudadesque el SEÑOR destruyó sin compasión.Que oiga gritos en la mañanay alaridos de guerra al mediodía!
17 ¿Por qué Dios no me dejó moriren el seno de mi madre?Así ella habría sido mi tumba,y yo jamás habría salido de su vientre.
18 ¿Por qué tuve que salir del vientresolo para ver problemas y aflicción,y para terminar mis días en vergüenza?
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Jeremías 21

1 Esta es la palabra del SEÑOR, que vino a Jeremías cuando el rey Sedequías envió a Pasur hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, a que le dijeran:
2 «Consulta ahora al SEÑOR por nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos está atacando. Tal vez el SEÑOR haga uno de sus milagros, y lo obligue a retirarse».
3 Jeremías les respondió:«Adviértanle a Sedequías
4 que así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: “Yo haré retroceder tus tropas, las que pelean contra el rey de Babilonia y contra los caldeos, que desde fuera de los muros los tienen sitiados. Haré que tus tropas se replieguen dentro de la ciudad.
5 Yo mismo pelearé contra ustedes. Con gran despliegue de poder, y con ira, furor y gran indignación,
6 heriré a hombres y animales, y los habitantes de esta ciudad morirán por causa de una peste terrible.
7 Después de eso entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus oficiales y a la gente que haya quedado con vida después de la peste, la espada y el hambre —afirma el SEÑOR—. Los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y de los enemigos que buscan matarlos. Sin ninguna piedad, clemencia ni compasión, Nabucodonosor los herirá a filo de espada”.
8 »Y a este pueblo adviértele que así dice el SEÑOR: “Pongo delante de ustedes el camino de la vida y el camino de la muerte.
9 El que se quede en esta ciudad morirá por la espada y la peste, o de hambre. Pero el que salga y se rinda a los caldeos que los están sitiando, vivirá. Así salvará su vida.
10 Porque he decidido hacerle a esta ciudad el mal y no el bien —afirma el SEÑOR—. Será entregada en manos del rey de Babilonia, quien le prenderá fuego”.
11 »Di también a la casa real de Judá que escuchen la palabra del SEÑOR.
12 Adviértele a la dinastía de David que así dice el SEÑOR:»“Hagan justicia cada mañana,y libren al explotado del poder del opresor,no sea que mi ira se encienda como un fuegoy arda sin que nadie pueda extinguirla,a causa de la maldad de sus acciones.
13 ¡Yo estoy contra ti, Jerusalén,reina del valle,roca de la llanura!—afirma el SEÑOR—.Ustedes dicen: ‘¿Quién podrá venir contra nosotros?¿Quién podrá entrar en nuestros refugios?’
14 Yo los castigaré conforme al fruto de sus acciones—afirma el SEÑOR—;a su bosque le prenderé fuego,y ese fuego consumirá todos sus alrededores”».
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Jeremías 22

1 Así dice el SEÑOR: «Ve a la casa del rey de Judá, y proclama allí este mensaje:
2 “Tú, rey de Judá, que estás sentado sobre el trono de David, y tus oficiales y tu pueblo, que entran por estas puertas, escuchen la palabra del SEÑOR.
3 Así dice el SEÑOR: ‘Practiquen el derecho y la justicia. Libren al oprimido del poder del opresor. No maltraten ni hagan violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar.
4 Si de veras cumplen con esta palabra, entonces por las puertas de este palacio entrarán reyes que ocuparán el trono de David; entrarán en carros y a caballo, acompañados por sus oficiales y su pueblo.
5 Pero si no obedecen estas palabras, juro por mí mismo que este palacio se convertirá en un montón de ruinas. Yo, el SEÑOR, lo afirmo’”».
6 Porque así dice el SEÑOR acerca de la casa real de Judá:«Para mí, tú eres como Galaady como la cima del Líbano,pero juro que te convertiré en un desierto,en ciudades deshabitadas.
7 Enviaré contra ti destructores,cada uno con sus armas,que talarán tus cedros más hermososy los echarán en el fuego.
8 »Gente de muchas naciones pasará por esta ciudad, y se preguntará: “¿Por qué habrá tratado así el SEÑOR a esta gran ciudad?”
9 Y se le responderá: “Porque abandonaron el pacto del SEÑOR su Dios, adorando y sirviendo a otros dioses”».
10 No lloren por el que está muerto,ni hagan lamentaciones por él.Lloren más bien por el exiliado,por el que nunca volveráni verá más la tierra en que nació.
11 Así dice el SEÑOR acerca de Salún hijo de Josías, rey de Judá, que ascendió al trono después de su padre Josías y que salió de este lugar: «Nunca más volverá,
12 sino que morirá en el lugar donde ha sido desterrado. No volverá a ver más este país.
13 »¡Ay del que edifica su casay sus habitaciones superioresviolentando la justicia y el derecho!¡Ay del que obliga a su prójimoa trabajar de balde,y no le paga por su trabajo!
14 ¡Ay del que dice: “Me edificaré una casa señorial,con habitaciones amplias en el piso superior”!Y le abre grandes ventanas,y la recubre de cedro y la pinta de rojo.
15 »¿Acaso eres reysolo por acaparar mucho cedro?Tu padre no solo comía y bebía,sino que practicaba el derecho y la justicia,y por eso le fue bien.
16 Defendía la causa del pobre y del necesitado,y por eso le fue bien.¿Acaso no es esto conocerme?—afirma el SEÑOR—.
17 »Pero tus ojos y tu corazónsolo buscan ganancias deshonestas,solo buscan derramar sangre inocentey practicar la opresión y la violencia».
18 Por eso, así dice el SEÑOR acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá:«Nadie lamentará su muerte ni gritará:“¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!”Nadie lamentará su muerte ni gritará:“¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!”
19 Será enterrado como un asno,y lo arrastrarán y lo arrojaránfuera de las puertas de Jerusalén».
20 «¡Sube al Líbano y grita;levanta tu voz en Basán!¡Grita desde Abarín,pues todos tus amantes han sido destruidos!
21 Yo te hablé cuando te iba bien,pero tú dijiste: “¡No escucharé!”Así te has comportado desde tu juventud:¡nunca me has obedecido!
22 El viento arrastrará a todos tus pastores,y tus amantes irán al cautiverio.Por culpa de toda tu maldadquedarás avergonzada y humillada.
23 Tú, que habitas en el Líbano,que has puesto tu nido entre los cedros,¡cómo gemirás cuando te vengan los dolores,dolores como de parturienta!
24 »¡Tan cierto como que yo vivo —afirma el SEÑOR—, que aunque Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, sea un anillo en mi mano derecha, aun de allí lo arrancaré!
25 Yo te entregaré en manos de los que buscan matarte, y en manos de los que tú más temes, es decir, en poder de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y de los babilonios.
26 A ti y a la madre que te dio a luz los arrojaré a un país que no los vio nacer, y allí morirán.
27 Jamás volverán al país al que tanto anhelan volver».
28 ¿Es Jeconías una vasija despreciable y rota,un objeto que nadie desea?¿Por qué son arrojados él y su descendencia,y echados a un país que no conocen?
29 ¡Tierra, tierra, tierra!¡Escucha la palabra del SEÑOR!
30 Así dice el SEÑOR: «Anoten a este hombrecomo si fuera un hombre sin hijos;como alguien que fracasó en su vida.Porque ninguno de sus descendienteslogrará ocupar el trono de David,ni reinar de nuevo en Judá».
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Jeremías 23

1 «¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan el rebaño de mis praderas!», afirma el SEÑOR.
2 Por eso, así dice el SEÑOR, el Dios de Israel, a los pastores que apacientan a mi pueblo: «Ustedes han dispersado a mis ovejas; las han expulsado y no se han encargado de ellas. Pues bien, yo me encargaré de castigarlos a ustedes por sus malas acciones —afirma el SEÑOR—.
3 Al resto de mis ovejas yo mismo las reuniré de todos los países adonde las expulsé; y las haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán.
4 Pondré sobre ellas pastores que las pastorearán, y ya no temerán ni se espantarán, ni faltará ninguna de ellas —afirma el SEÑOR—.
5 »Vienen días —afirma el SEÑOR—,en que de la simiente de Davidharé surgir un vástago justo;él reinará con sabiduría en el país,y practicará el derecho y la justicia.
6 En esos días Judá será salvada,Israel morará seguro.Y este es el nombre que se le dará:“El SEÑOR es nuestra salvación”.
7 »Por eso —afirma el SEÑOR— vienen días en que ya no se dirá: “Por la vida del SEÑOR, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto”,
8 sino: “Por la vida del SEÑOR, que hizo salir a los descendientes de la familia de Israel, y los hizo llegar del país del norte, y de todos los países adonde los había expulsado”. Y habitarán en su propia tierra».
9 En cuanto a los profetas:Se me parte el corazón en el pechoy se me estremecen los huesos.Por causa del SEÑORy de sus santas palabras,hasta parezco un borracho,alguien dominado por el vino.
10 A causa de la maldición,el país está lleno de adúlteros,la tierra está de lutoy los pastos del desierto se han secado.Los profetas corren tras la maldad,y usan su poder para la injusticia.
11 «Impíos son los profetas y los sacerdotes;aun en mi propia casa encuentro su maldad—afirma el SEÑOR—.
12 »Por eso su camino será resbaladizo;serán empujados a las tinieblas,y en ellas se hundirán.Yo traeré sobre ellos una calamidaden el año de su castigo—afirma el SEÑOR—.
13 »Algo insólito he observadoentre los profetas de Samaria:profetizaron en nombre de Baal,y descarriaron a mi pueblo Israel.
14 Y entre los profetas de Jerusalénhe observado cosas terribles:cometen adulterio, y viven en la mentira;fortalecen las manos de los malhechores,ninguno se convierte de su maldad.Todos ellos son para mí como Sodoma;los habitantes de Jerusalén son como Gomorra».
15 Por tanto, así dice el SEÑORTodopoderoso contra los profetas:«Haré que coman alimentos amargosy que beban agua envenenada,porque los profetas de Jerusalénhan llenado de corrupción todo el país».
16 Así dice el SEÑOR Todopoderoso:«No hagan caso de lo que dicen los profetas,pues alientan en ustedes falsas esperanzas;cuentan visiones que se han imaginadoy que no proceden de la boca del SEÑOR.
17 A los que me desprecian les aseguranque yo digo que gozarán de bienestar;a los que obedecen los dictados de su terco corazónles dicen que no les sobrevendrá ningún mal.
18 ¿Quién de ellos ha estado en el consejo del SEÑOR?¿Quién ha recibido o escuchado su palabra?¿Quién ha atendido y escuchado su palabra?
19 El huracán del SEÑOR se ha desatado con furor;un torbellino se cierne amenazantesobre la cabeza de los malvados.
20 La ira del SEÑOR no cesaráhasta que haya realizado por completolos propósitos de su corazón.Al final de los tiemposlo comprenderán con claridad.
21 Yo no envié a esos profetas,pero ellos corrieron;ni siquiera les hablé,pero ellos profetizaron.
22 Si hubieran estado en mi consejo,habrían proclamado mis palabras a mi pueblo;lo habrían hecho volver de su mal caminoy de sus malas acciones.
23 »¿Soy acaso Dios solo de cerca?¿No soy Dios también de lejos?—afirma el SEÑOR—.
24 ¿Podrá el hombre hallar un esconditedonde yo no pueda encontrarlo?—afirma el SEÑOR—.¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?—afirma el SEÑOR—.
25 »He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!”
26 ¿Hasta cuándo seguirán dándole valor de profecía a las mentiras y delirios de su mente?
27 Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal.
28 El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —afirma el SEÑOR—.
29 ¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el SEÑOR—.
30 »Por eso yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras entre sí —afirma el SEÑOR—.
31 Yo estoy contra los profetas que sueltan la lengua y hablan por hablar —afirma el SEÑOR—.
32 Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones —afirma el SEÑOR—. Yo no los he enviado ni les he dado ninguna orden. Son del todo inútiles para este pueblo —afirma el SEÑOR—.
33 »Y si este pueblo, o algún profeta o sacerdote, te pregunta: “¿Qué mensaje tenemos del SEÑOR?”, tú les responderás: “¿De qué mensaje hablan?” Yo los abandonaré —afirma el SEÑOR—.
34 Y si un profeta o un sacerdote, o alguien del pueblo, dice: “Este es el mensaje del SEÑOR”, yo castigaré a ese hombre y a su casa.
35 Así deberán hablarse entre amigos y hermanos: “¿Qué ha respondido el SEÑOR?”, o “¿Qué ha dicho el SEÑOR?”
36 Pero no deberán mencionar más la frase “Mensaje del SEÑOR”, porque el mensaje de cada uno será su propia palabra, ya que ustedes han distorsionado las palabras del Dios viviente, del SEÑORTodopoderoso, nuestro Dios.
37 Así les dirás a los profetas: “¿Qué les ha respondido el SEÑOR? ¿Qué les ha dicho?”
38 Pero si ustedes responden: “¡Mensaje del SEÑOR!”, el SEÑOR dice: “Por cuanto ustedes han dicho: ‘¡Mensaje del SEÑOR!’, siendo que yo les había prohibido que pronunciaran esta frase,
39 entonces me olvidaré de ustedes y los echaré de mi presencia, junto con la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados.
40 Y los afligiré con un oprobio eterno, con una humillación eterna que jamás será olvidada”».
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Jeremías 24

1 Después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó de Jerusalén a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, junto con los jefes de Judá y con los artesanos y herreros, el SEÑOR me mostró dos canastas de higos colocadas frente al templo del SEÑOR.
2 Una de ellas tenía higos muy buenos, como los que maduran primero; la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.
3 Entonces el SEÑOR me preguntó: «¿Qué ves, Jeremías?» Yo respondí: «Veo higos. Unos están muy buenos, pero otros están tan malos que no se pueden comer».
4 Y la palabra del SEÑOR vino a mí:
5 «Así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: “A los deportados de Judá, que envié de este lugar al país de los babilonios, los consideraré como a estos higos buenos.
6 Los miraré favorablemente, y los haré volver a este país. Los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré.
7 Les daré un corazón que me conozca, porque yo soy el SEÑOR. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón.
8 »”Pero a Sedequías, rey de Judá, y a sus jefes y a los sobrevivientes de Jerusalén —lo mismo a los que se quedaron en este país como a los que viven en Egipto— los trataré como a los higos malos, que de tan malos no se pueden comer —afirma el SEÑOR—.
9 Los convertiré en motivo de espanto y de calamidad, para todos los reinos de la tierra. En todos los lugares por donde yo los disperse, serán objeto de escarnio, desprecio, burla y maldición.
10 Enviaré contra ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus antepasados”».
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Jeremías 25

1 Esta es la palabra que vino a Jeremías con relación a todo el pueblo de Judá. La recibió en el año cuarto del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, es decir, durante el año primero del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia.
2 El profeta Jeremías les dijo lo siguiente a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén:
3 «Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy —¡y conste que ya han pasado veintitrés años!—, el SEÑOR me ha dirigido su palabra, y yo les he hablado en repetidas ocasiones, pero ustedes no me han hecho caso.
4 »Además, una y otra vez el SEÑOR les ha enviado a sus siervos los profetas, pero ustedes no los han escuchado ni les han prestado atención.
5 Ellos los exhortaban: “Dejen ya su mal camino y sus malas acciones. Así podrán habitar en la tierra que, desde siempre y para siempre, el SEÑOR les ha dado a ustedes y a sus antepasados.
6 No vayan tras otros dioses para servirles y adorarlos; no me irriten con la obra de sus manos, y no les haré ningún mal”.
7 »Pero ustedes no me obedecieron —afirma el SEÑOR—, sino que me irritaron con la obra de sus manos, para su propia desgracia.
8 »Por eso, así dice el SEÑORTodopoderoso: “Por cuanto no han obedecido mis palabras,
9 yo haré que vengan todos los pueblos del norte, y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna desolación! —afirma el SEÑOR—.
10 Haré que desaparezcan entre ellos los gritos de gozo y alegría, los cantos de bodas, el ruido del molino y la luz de la lámpara.
11 Todo este país quedará reducido a horror y desolación, y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años”.
12 »Pero cuando se hayan cumplido los setenta años, yo castigaré por su iniquidad al rey de Babilonia y a aquella nación, país de los caldeos, y los convertiré en desolación perpetua —afirma el SEÑOR—.
13 Haré que vengan sobre ese país todas las amenazas que le anuncié, y todo lo que está registrado en este libro y que Jeremías ha profetizado contra las naciones.
14 Los caldeos, a su vez, caerán bajo el yugo de muchas naciones y reyes poderosos. Así les daré lo que merecen su conducta y sus hechos».
15 El SEÑOR, el Dios de Israel, me dijo: «Toma de mi mano esta copa del vino de mi ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe.
16 Cuando ellas la beban, se tambalearán y perderán el juicio, a causa de la espada que voy a enviar contra ellos».
17 Tomé de la mano del SEÑOR la copa, y se la di a beber a todas las naciones a las cuales el SEÑOR me envió:
18 a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus jefes, para convertirlos en ruinas, en motivo de horror, burla y maldición, como hoy se puede ver.
19 También se la di a beber al faraón, rey de Egipto, y a sus siervos y jefes y a todo su pueblo;
20 a todos los forasteros, a todos los reyes del país de Uz, y a todos los reyes del país de los filisteos: a los de Ascalón, Gaza y Ecrón, y a los sobrevivientes de Asdod;
21 a Edom y Moab, y a los hijos de Amón;
22 a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar;
23 a Dedán, Temá y Buz; a todos los pueblos que se rapan las sienes;
24 a todos los reyes de Arabia; a todos los reyes de las diferentes tribus del desierto;
25 a todos los reyes de Zimri, Elam y Media;
26 a todos los reyes del norte, cercanos o lejanos entre sí, y a todos los reinos que están sobre la faz de la tierra. Y después de ellos beberá el rey de Sesac.
27 «Tú les dirás: “Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Beban, emborráchense, vomiten y caigan para no levantarse más, por causa de la espada que estoy por mandar contra ustedes’”.
28 Pero si se niegan a tomar de tu mano la copa y beberla, tú les dirás: “Así dice el SEÑOR Todopoderoso: ‘¡Tendrán que beberla!’
29 Desataré calamidades contra la ciudad que lleva mi nombre. ¿Y creen ustedes que no los voy a castigar? Al contrario, serán castigados —afirma el SEÑOR Todopoderoso—, porque yo desenvaino la espada contra todos los habitantes de la tierra”.
30 »Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras:»“Ruge el SEÑOR desde lo alto;desde su santa morada hace tronar su voz.Ruge violento contra su rebaño;grita como los que pisan la uva,contra todos los habitantes del mundo.
31 El estruendo llega hasta los confines de la tierra,porque el SEÑOR litiga contra las naciones;enjuicia a todos los mortales,y pasa por la espada a los malvados”»,afirma el SEÑOR.
32 Así dice el SEÑOR Todopoderoso:«La calamidad se extiende de nación en nación;una terrible tempestad se desatadesde los confines de la tierra».
33 En aquel día, las víctimas del SEÑOR quedarán tendidas de un extremo a otro de la tierra. Nadie las llorará ni las recogerá ni las enterrará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol.
34 Giman, pastores, y clamen;revuélquense en el polvo, jefes del rebaño,porque les ha llegado el día de la matanza;serán dispersados, y caerán como carneros escogidos.
35 Los pastores no tendrán escapatoria;no podrán huir los jefes del rebaño.
36 Escuchen el clamor de los pastoresy el gemido de los jefes del rebaño,porque el SEÑOR destruye sus pastizales.
37 Las hermosas praderas son asoladas,a causa de la ardiente ira del SEÑOR.
38 Como león que deja abandonada su guarida,el SEÑOR ha dejado desolado su país,a causa de la espada devastadora,a causa de la ardiente ira del SEÑOR.
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Jeremías 26

1 Al comienzo del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino a Jeremías esta palabra del SEÑOR:
2 «Así dice el SEÑOR: “Párate en el atrio de la casa del SEÑOR, y di todas las palabras que yo te ordene a todas las ciudades de Judá que vienen a adorar en la casa del SEÑOR. No omitas ni una sola palabra.
3 Tal vez te hagan caso y se conviertan de su mal camino. Si lo hacen, me arrepentiré del mal que pensaba hacerles por causa de sus malas acciones.
4 Tú les advertirás que así dice el SEÑOR: ‘Si no me obedecen ni se ciñen a la ley que yo les he entregado,
5 y si no escuchan las palabras de mis siervos los profetas, a quienes una y otra vez he enviado y ustedes han desobedecido,
6 entonces haré con esta casa lo mismo que hice con Siló: ¡Haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra!’”»
7 Los sacerdotes, los profetas y el pueblo entero oyeron estas palabras que el profeta Jeremías pronunció en la casa del SEÑOR.
8 Pero en cuanto Jeremías terminó de decirle al pueblo todo lo que el SEÑOR le había ordenado, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo lo apresaron y le dijeron: «¡Vas a morir!
9 ¿Por qué has profetizado en el nombre del SEÑOR que esta casa se quedará como Siló, y que esta ciudad quedará desolada y deshabitada?» Y todo el pueblo que estaba en la casa del SEÑOR se abalanzó sobre Jeremías.
10 Cuando los jefes de Judá escucharon estas cosas, fueron del palacio del rey a la casa del SEÑOR, y se apostaron a la entrada de la Puerta Nueva del templo.
11 Allí los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, tal como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos».
12 Pero Jeremías les dijo a todos los jefes y a todo el pueblo: «El SEÑOR me envió para profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las cosas que ustedes han escuchado.
13 Así que enmienden ya su conducta y sus acciones, y obedezcan al SEÑOR su Dios, y el SEÑOR se arrepentirá del mal que les ha anunciado.
14 En cuanto a mí, estoy en manos de ustedes; hagan conmigo lo que mejor les parezca.
15 Pero sepan que si ustedes me matan, estarán derramando sangre inocente sobre ustedes mismos y sobre los habitantes de esta ciudad. Lo cierto es que el SEÑOR me ha enviado a que les anuncie claramente todas estas cosas».
16 Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del SEÑOR nuestro Dios».
17 Entonces algunos de los ancianos del país se levantaron y le recordaron a toda la asamblea del pueblo
18 que, durante el reinado de Ezequías, Miqueas de Moréset había profetizado a todo el pueblo de Judá:«Así dice el SEÑORTodopoderoso:“Sión será arada como un campo,Jerusalén quedará en ruinas,y la montaña del templo se volverá un bosque”.
19 »¿Acaso Ezequías, rey de Judá, y todo su pueblo mataron a Miqueas? ¿No es verdad que Ezequías temió al SEÑOR y le pidió su ayuda, y que el SEÑOR se arrepintió del mal que les había anunciado? Sin embargo, nosotros estamos por provocar nuestro propio mal».
20 Hubo también otro profeta, de nombre Urías hijo de Semaías, de Quiriat Yearín, que profetizaba en el nombre del SEÑOR. Este profetizó contra la ciudad y contra el país, tal y como lo hizo Jeremías.
21 Cuando el rey Joacim y sus funcionarios y jefes oyeron sus palabras, el rey intentó matarlo; pero al enterarse Urías, tuvo miedo y escapó a Egipto.
22 Después el rey Joacim envió a Egipto a Elnatán hijo de Acbor, junto con otros hombres,
23 y ellos sacaron de Egipto a Urías y lo llevaron ante el rey Joacim, quien mandó que mataran a Urías a filo de espada, y que arrojaran su cadáver a la fosa común.
24 Sin embargo, Ajicán hijo de Safán protegió a Jeremías y no permitió que cayera en manos del pueblo ni que lo mataran.
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Jeremías 27

1 Al comienzo del reinado de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, vino a Jeremías esta palabra del SEÑOR:
2 Así me dijo el SEÑOR: «Hazte un yugo y unas correas, y póntelos sobre el cuello.
3 Envía luego a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón, un mensaje por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén para ver a Sedequías, rey de Judá.
4 Entrégales este mensaje para sus señores: “Así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel: ‘Digan a sus señores:
5 Yo, con mi gran poder y mi brazo poderoso, hice la tierra, y los hombres y los animales que están sobre ella, y puedo dárselos a quien me plazca.
6 Ahora mismo entrego todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta las bestias del campo las he puesto bajo su poder.
7 Todas las naciones le servirán a él, y a su hijo y a su nieto, hasta que también a su país le llegue la hora y sea sometido por numerosas naciones y grandes reyes.
8 Y si alguna nación o reino rehúsa someterse a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no dobla el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a esa nación con espada, hambre y pestilencia, hasta que Nabucodonosor la destruya por completo —afirma el SEÑOR—.
9 »”’Por tanto, no les hagan caso a sus profetas ni a sus adivinos, intérpretes de sueños, astrólogos y hechiceros, que les dicen que no se sometan al rey de Babilonia.
10 Las mentiras que ellos les profetizan solo sirven para que ustedes se alejen de su propia tierra, y para que yo los expulse y mueran.
11 En cambio, a la nación que doble el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y se someta a él —afirma el SEÑOR—, yo la dejaré en su propia tierra para que la trabaje y viva en ella’”».
12 A Sedequías, rey de Judá, le dije lo mismo: «Doblen el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia; sométanse a él y a su pueblo, y seguirán con vida.
13 ¿Para qué van a morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como lo ha prometido el SEÑOR a toda nación que no se someta al rey de Babilonia?
14 No les hagan caso a las palabras de los profetas que les dicen que no se sometan al rey de Babilonia, porque lo que les profetizan son mentiras.
15 “¡Yo no los envié! —afirma el SEÑOR—. Ellos profetizan mentiras en mi nombre, que solo servirán para que yo los expulse a ustedes, y mueran tanto ustedes como sus profetas”».
16 También les comuniqué a los sacerdotes y a todo el pueblo que así dice el SEÑOR:«No les hagan caso a los profetas que les aseguran que muy pronto les serán devueltos de Babilonia los utensilios de la casa del SEÑOR. ¡Tales profecías son puras mentiras!
17 No les hagan caso. Sométanse al rey de Babilonia, y seguirán con vida. ¿Por qué ha de convertirse en ruinas esta ciudad?
18 Si de veras son profetas y tienen palabra del SEÑOR, que le supliquen al SEÑOR Todopoderoso que no sean llevados a Babilonia los utensilios que aún quedan en la casa del SEÑOR, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén.
19 »En cuanto a las columnas, la fuente de agua, las bases y los demás utensilios que quedaron en esta ciudad,
20 los cuales no se llevó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando deportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, junto con todos los nobles de Judá y Jerusalén,
21 es decir, en cuanto a los utensilios que quedaron en la casa del SEÑOR y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén, así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel:
22 “Todo esto será llevado a Babilonia —afirma el SEÑOR—, y allí permanecerá hasta el día en que yo lo vaya a buscar y lo devuelva a este lugar”».
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Jeremías 28

1 En el quinto mes de ese mismo año cuarto, es decir, al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, el profeta Jananías hijo de Azur, que era de Gabaón, me dijo en la casa del SEÑOR, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo:
2 —Así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel: “Voy a quebrar el yugo del rey de Babilonia.
3 Dentro de dos años devolveré a este lugar todos los utensilios que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó de la casa del SEÑOR a Babilonia.
4 También haré que vuelvan a este lugar Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y todos los que fueron deportados de Judá a Babilonia. ¡Voy a quebrar el yugo del rey de Babilonia! Yo, el SEÑOR, lo afirmo”.
5 En presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo que estaba en la casa del SEÑOR, el profeta Jeremías le respondió al profeta Jananías:
6 —¡Amén! Que así lo haga el SEÑOR. Que cumpla el SEÑOR las palabras que has profetizado. Que devuelva a este lugar los utensilios de la casa del SEÑOR y a todos los que fueron deportados a Babilonia.
7 Pero presta atención a lo que voy a decirles a ti y a todo el pueblo:
8 Los profetas que nos han precedido profetizaron guerra, hambre y pestilencia contra numerosas naciones y grandes reinos.
9 Pero a un profeta que anuncia paz se le reconoce como profeta verdaderamente enviado por el SEÑOR, solo si se cumplen sus palabras.
10 Entonces el profeta Jananías tomó el yugo que estaba sobre el cuello del profeta Jeremías, y lo quebró.
11 Y dijo en presencia de todo el pueblo:—Así dice el SEÑOR: “De esta manera voy a quebrar, dentro de dos años, el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que pesa sobre el cuello de todas las naciones”.El profeta Jeremías, por su parte, optó por seguir su camino.
12 Algún tiempo después de que el profeta Jananías quebrara el yugo que pesaba sobre el cuello de Jeremías, la palabra del SEÑOR vino a este profeta:
13 «Ve y adviértele a Jananías que así dice el SEÑOR: “Tú has quebrado un yugo de madera, pero yo haré en su lugar un yugo de hierro.
14 Porque así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Voy a poner un yugo de hierro sobre el cuello de todas estas naciones, para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ellas se sujetarán a él. También a las bestias del campo las someteré a su poder’”».
15 Entonces el profeta Jeremías le dijo al profeta Jananías:—Presta mucha atención. A pesar de que el SEÑOR no te ha enviado, tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira.
16 Por eso, así dice el SEÑOR: “Voy a hacer que desaparezcas de la faz de la tierra. Puesto que has incitado a la rebelión contra el SEÑOR, este mismo año morirás”.
17 En efecto, el profeta Jananías murió en el mes séptimo de ese mismo año.
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Jeremías 29

1 Esta es la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén al resto de los ancianos que estaban en el exilio, a los sacerdotes y los profetas, y a todo el pueblo que Nabucodonosor había desterrado de Jerusalén a Babilonia.
2 Esto sucedió después de que el rey Jeconías había salido de Jerusalén, junto con la reina madre, los eunucos, los jefes de Judá y de Jerusalén, los artesanos y los herreros.
3 La carta fue enviada por medio de Elasá hijo de Safán, y de Guemarías hijo de Jilquías, a quienes Sedequías, rey de Judá, había enviado al rey Nabucodonosor, rey de Babilonia. La carta decía:
4 Así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel, a todos los que he deportado de Jerusalén a Babilonia:
5 «Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto.
6 Cásense, y tengan hijos e hijas; y casen a sus hijos e hijas, para que a su vez ellos les den nietos. Multiplíquense allá, y no disminuyan.
7 Además, busquen el bienestar de la ciudad adonde los he deportado, y pidan al SEÑOR por ella, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad».
8 Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: «No se dejen engañar por los profetas ni por los adivinos que están entre ustedes. No hagan caso de los sueños que ellos tienen.
9 Lo que ellos les profetizan en mi nombre es una mentira. Yo no los he enviado», afirma el SEÑOR.
10 Así dice el SEÑOR: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar.
11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
12 Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.
13 Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón.
14 Me dejaré encontrar —afirma el SEÑOR—, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma el SEÑOR.
15 Ustedes podrán decir: «El SEÑOR nos ha dado profetas en Babilonia»,
16 pero esto es lo que dice el SEÑOR acerca del rey que ocupa el trono de David, y acerca de todo el pueblo que aún queda en esta ciudad, es decir, de sus hermanos que no fueron con ustedes al exilio.
17 Así dice el SEÑOR Todopoderoso: «Voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia. Haré que sean como higos podridos, que de tan malos no se pueden comer.
18 Los perseguiré con espada, hambre y pestilencia, y haré que sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, y que sean maldición y objeto de horror, de burla y de escarnio en todas las naciones por donde yo los disperse.
19 Porque ustedes no han escuchado ni han hecho caso de las palabras que, una y otra vez, les envié por medio de mis siervos los profetas —afirma el SEÑOR—.
20 »Pero ahora todos ustedes los exiliados que hice deportar de Jerusalén a Babilonia, ¡obedezcan mi palabra!»
21 Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y de Sedequías hijo de Maseías, que les profetizan una mentira en mi nombre: «Voy a entregarlos en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará ante sus propios ojos.
22 Por culpa de ellos, todos los deportados de Judá que están en Babilonia pronunciarán esta maldición: “Que haga el SEÑOR contigo lo mismo que hizo con Sedequías y Acab, a quienes el rey de Babilonia asó en el fuego”.
23 Porque cometieron una infamia en Israel: adulteraron con la mujer de su prójimo y dijeron mentiras en mi nombre, cosas que jamás les ordené. Yo lo sé, y de eso soy testigo», afirma el SEÑOR.
24 También a Semaías hijo de Nejelán le comunicarás
25 que así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel: «Tú, en tu propio nombre, enviaste cartas a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los sacerdotes. En esas cartas decías:
26 “El SEÑOR te ha puesto como sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá, para que vigiles en la casa del SEÑOR. A todo loco que se haga pasar por profeta, lo pondrás en el cepo y en el calabozo.
27 ¿Por qué, pues, no has reprendido a Jeremías de Anatot, que entre ustedes se hace pasar por profeta?
28 Resulta que él nos envió un mensaje a Babilonia, el cual decía: ‘La deportación va a durar mucho tiempo; así que construyan casas, y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto’”».
29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta al profeta Jeremías.
30 Entonces vino a Jeremías la palabra del SEÑOR:
31 «Comunícales a todos los deportados que así dice el SEÑOR acerca de Semaías de Nejelán: “Puesto que Semaías les ha profetizado sin que yo lo haya enviado, y les ha hecho confiar en una mentira,
32 yo, el SEÑOR, castigaré a Semaías de Nejelán y a su descendencia, porque ha incitado al pueblo a rebelarse contra mí. Ninguno de su familia vivirá para contar el bien que le haré a mi pueblo”», afirma el SEÑOR.
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Jeremías 30

1 La palabra del SEÑOR vino a Jeremías:
2 «Así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: “Escribe en un libro todas las palabras que te he dicho.
3 Porque vienen días —afirma el SEÑOR— cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá, y los traeré a la tierra que di a sus antepasados, y la poseerán”», afirma el SEÑOR.
4 Esto fue lo que el SEÑOR le dijo a Jeremías acerca de Israel y Judá:
5 «Así dice el SEÑOR:»“Hemos escuchado un grito de espanto;no hay paz, sino terror.
6 Pregunten y veansi acaso los varones dan a luz.¿Por qué, pues, veo a todos los hombrescon las manos sobre las caderas,como mujeres con dolores de parto?¿Por qué han palidecidotodos los rostros?
7 ¡Ay! Será un día terrible,un día que no tiene parangón.Será un tiempo de angustia para Jacob,pero será librado de ella.
8 »”En aquel día —afirma el SEÑORTodopoderoso—,quebraré el yugo que mi pueblo lleva sobre el cuello,romperé sus ataduras,y ya no serán esclavos de extranjeros.
9 Servirán al SEÑOR, su Dios,y a David, a quien pondré como su rey.
10 »”No temas, Jacob, siervo mío;no te asustes, Israel—afirma el SEÑOR—.A ti, Jacob, te libraré de ese país lejano;a tus descendientes los libraré del exilio.Volverás a vivir en paz y tranquilidad,y ya nadie te infundirá temor.
11 Porque yo estoy contigo para salvarte—afirma el SEÑOR—.Destruiré por completo a todas las nacionesentre las que te había dispersado.Pero a ti no te destruiré del todo,sino que te castigaré con justicia;¡de ninguna manera quedarás impune!”
12 »Así dice el SEÑOR:»“Tu herida es incurable,tu llaga no tiene remedio.
13 No hay quien defienda tu causa;no hay remedio para tu malni sanidad para tu enfermedad.
14 Todos tus amantes te han olvidado;ya no se ocupan de ti.Por causa de tu enorme iniquidad,y por tus muchos pecados,te he golpeado, te he corregido,como lo haría un adversario cruel.
15 ¿Por qué te quejas de tus heridas,si tu dolor es incurable?Por causa de tu enorme iniquidady por tus muchos pecados,yo te he tratado así.
16 »”Todos los que te devoren serán devorados;todos tus enemigos serán deportados.Todos los que te saqueen serán saqueados;todos los que te despojen serán despojados.
17 Pero yo te restauraréy sanaré tus heridas—afirma el SEÑOR—porque te han llamado la Desechada,la pobre Sión, la que a nadie le importa”.
18 »Así dice el SEÑOR:»“Restauraré las fortunas de las carpas de Jacob,y tendré compasión de sus moradas;la ciudad resurgirá sobre sus ruinas,y el palacio se asentará en el lugar debido.
19 Surgirán de ellos cánticos de gratitud,y gritos de alegría.Multiplicaré su descendencia, y no disminuirá;los honraré, y no serán menospreciados.
20 Sus hijos volverán a ser como antes;ante mí será restablecida su comunidad,pero castigaré a todos sus opresores.
21 De entre ellos surgirá su líder;uno de ellos será su gobernante.Lo acercaré hacia mí, y él estará a mi lado,pues ¿quién arriesgaría su vida por acercarse a mí?—afirma el SEÑOR—.
22 Ustedes serán mi pueblo,y yo seré su Dios”».
23 La tempestad del SEÑORha estallado con furor;una tempestad huracanadase ha desatado sobre los malvados.
24 La ardiente ira del SEÑOR no pasaráhasta que haya realizado del todolos propósitos de su corazón.Todo esto lo comprenderán ustedesal final de los tiempos.
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